jueves, 3 de octubre de 2013

Dos maneras de ver la creación. India, mito Vedanta y filosofía Samkhya.



En un principio solo había la nada. Ni tiempo ni espacio, potencialidad pura.

Y de la no existencia surgió el ser.
Brahma, el indiferenciado ser primordial
Y Brahma tomó consciencia de sí y dijo: Yo. (Aham)
Y tuvo miedo.
Pero pensó que si estaba solo no había de que temer.
Entonces sereno se volvió a escrutar, y se dio cuenta de que se sentía solo.
Por ello Brama, el principio indiferenciado, se dividió en dos,
y de si surgió la Diosa Sarasvati, 

El vedanta llama hija a su mitad.
Sarasvati, siguiendo las tradiciones que serán, honra a su padre,
inclinándose ante Brahma en las cuatro direcciones del espacio.
Él, fascinado por la belleza de su hija y  para no dejar de mirarla,
genera, en sí, una cabeza cada vez que ella cambia de posición.
Kama, el deseo, se apodera de Brahma.
Sarasvati, asustada, se transforma en cervatilla.
Brahma en ciervo y, surge el movimiento, comienza una persecución.

Alcanza el Dios a la Diosa, copulan, y de esta unión surgen los ciervos.
Ella se transforma en Yegua, él en caballo, ella en vaca, él en toro...
y así, de este primeros movimientos, surgieron todos los seres.

Ella, asustada, brote tierno zarandeado por el viento,
se transforma en cisne y emprende el vuelo.

De Brahma, cegado por el deseo, surge una quinta cabeza con la seguir su vuelo.

Sarasvati cisne, Brahma anade, continúan su aleteo,
hasta que una flecha mortal, lanzada por Shiva, degolla  la quinta cabeza de Brahma.
Se frena la carrera, se imponen los límites de la existencia. Finito es lo fenoménico.
 Todo es finito, la vida del Dios durará eones (Kalpa) pero hasta los eones acaban.
Brahma se inclina ante Shiva. Asiente ante los límites del destino.

Creación y creador, según el vedanta, todo es Brahma.
Monismo Vs Dualismo.
Dos miradas antagónicas a la realidad.

Los cinco elementos según la filosofía Samkhya

Purusha, el ser primordial.

Luz y quietud eterna.


La inteligencia primordial.

Será el modelo, patrón, de la creación.
(En Grecia, Platón, genera una visión muy similar.)

Por otra parte está Prakiti, la naturaleza.

Sin la gracia de Purusha Prakiti es solo materia inerte y caótica.

Así como el Sol ilumina la Tierra, Purusha anima a Prakiti.
Conciencia y materia.

Y Prakiti toma forma como creación viva.

Prakiti genera su primer movimiento.
Se expande como "Mahad", la mente grande.

Para contraerse después como "Ahamkar", la mente egoíca.
La mente que se reconoce a sí misma.

La exhalación e inspiración, los latidos en la mente de Prakiti, generan los tres gunas,
las tres fuerzas que generan la realidad.
(Curioso, curioso. A veces se representan  como puntos, partículas, a veces como ondas)

Sattva. Lo que se expande.
Luz, mente, "atma" (alma?). Lo puro como inalterable.

Tamas. Lo que se contrae.
La materia, lo denso, la oscuridad, lo burdo. (Según esta visión que impregna toda la India)

Luz y oscuridad, expansivo y contractivo, espíritu y materia, día y noche.
Y de la tensión entre estas dos fuerzas surge la tercera guna.

Rajas guna. Movimiento y calor.
Pasión.

Y así las tres gunas, Sattva, Rajas y Tamas, las tres fuerzas básicas, los tres principios motores, generarán la vida.
Esta concepción moja todas la filosofías de la India.
El vedanta asocia a la diosa Sarasvati, diosa de las artes y los escritos sagrados,
 la que se eleva, con la guna Sattva.

Kali devi, la negra, con Tamas guna.
Kala es el tiempo que todo devora.

Lakshmi devi, la diosa de la abundancia, se identifica con Rajas guna.

Todo responde a éstos principios. Todo es porque participa de estos principios.
En el árbol:
 Tamas se manifiesta en las raíces que profundizan la Tierra.
Rajas en el crecimiento, movimiento, del tronco del árbol.
Y Satva en las ramas que aspiran tocar el cielo.

Así las tres gunas generan los cinco elementos y
los elementos generan los sentidos.
De Tamas guna surge la materia y sus cualidades: color y forma, sonido, gusto, textura y olor.

De Satva guna nuestra capacidad para percibirlos y reaccionar, así como  la mente, grande y egoíca, con que interpretar la realidad.

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