jueves, 8 de agosto de 2013

En un bosquejo, la Madre. I Paleolitico

Venus de Lespugue 

Venus de Dolni Vestonice


























Soy la Madre tanto como la Luz…
La Matriz intangible…
En mí mora el conocimiento,
el conocimiento de las cosas sempiternas…
Yo soy quien alza el sonido de la Voz
para los oídos de los que me han conocido…
Soy la matriz que da forma al Todo
dando nacimiento a la luz que brilla con esplendor.
                                               (The Nag Hammadi Library. Texto Agnostico)



Venus de Willendorf

Alma Mater, arquetipo ancestral de la Gran Madre Nutricia y el Hijo de la Vida.

La “Madre Nutricia” ha sido, es, y seguramente será (mientras seamos humanos) uno de los motivos artísticos más veces representado.

En el Paleolítico son frecuentes las figurillas femeninas que representan a la Diosa preñada, abundante y fructífera. Es  la Madre Gestante y Nutriente, metáfora de la fuerza inmanente generadora de Vida.

Son las Venus paleolíticas, bautizadas así por la mentalidad Victoriana del XIX. La Venus de Lespugue en Francia, la de Menton en Italia, la de Moravany, en Eslovaquia o la  Venus de Willendorf en Alemania son preciosos ejemplos.



El paleolítico también nos ha regalado algunas representaciones de la Vulva  pars pro toto la Diosa Madre como  Vulva Cósmica y Fuente de la Vida.

 Ejemplos son las pinturas  del abrigo Blanchard en Dordoña o “la vulva de la cueva de Le Nanchard”, ambas en Francia, así como las pinturas del Camarín de las Vulvas de la cueva de Tito Bustillo, Asturias-


Camarín de las Vulvas de la cueva de Tito Bustillo


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