lunes, 18 de noviembre de 2013

Lakshmi devi, la diosa de la fortuna. Manipura cakra: diosas, dioses y mitos.



En el loto de Manipura Rudra Shiva y Lakshmi Devi tienen su templo.
Lakshmi devi, la señora del loto, la diosa de la fortuna.

 Sri devi, la más amada en la religiosidad popular.


Lakshmi surgió del batimiento del océano de leche.
En este mito  devas (dioses) y asuras (titanes, demonios) unen sus fuerzas para salvar el mundo. Anegada la Tierra, Vishnu encarna en Tortuga y sostiene sobre su lomo el monte Meru, el eje axial.
La serpiente primordial, Ananta Sesha, ("eterno resto") se enrosca al monte. Los Dioses toman su cabeza, los demonios su cola, y el movimiento ejercido por ambos grupos permite salvar el mundo.
Como me gusta esta historia donde, sin juicios morales, los opuestos complementarios ejercen la tensión necesaria para generar el movimiento vivificador.
En el Yin Yang chino o en el monismo del griego Heráclito encontramos la misma concepción.

Del batimiento del océano de leche surgieron los astros y los poderes del universo.
El sol y la luna, el elefante de la abundancia Airavata, el arco de Shiva y prakriti, la vaca cósmica,
 el veneno y la amrita, el elixir de la inmortalidad.


Y surge la Padma devi, la diosa del loto.
Sus cuatro brazos nos indican su carácter terrenal (cuatro direcciones).
Una mano nos da su bendición, la otra regala sus dones; dos lotos sostienen sus otras manos.
El loto, surgido del lodo, es la epifanía de prakriti (la naturaleza) como fuente de vida, como madre generativa y nutricia.
"El aspecto más elevado de la Tierra", quién sostiene a la diosa.
El dos (II) habla de abundancia, lo mismo que los elefantes. Ellos guardan y bendicen a la diosa con su baño regenerador.
En esta imagen, el territorio está dividido en tres niveles:
Abajo, sosteniendo a la diosa y a los elefantes: agua y tierra. Tamas guna, lo denso.
Sobre sus cabezas, en una franja solo ocupada por las vasijas que riegan a la diosa, Sattva guna, lo sutil.
Y entre estas fuerzas, la franja roja de vida, Rajas guna.
El movimiento, el calor y  la actividad son las fuentes de los dones de la diosa:
Fortuna, salud, longevidad, prosperidad y fama.
La vía láctea, el río blanco que ilumina el cielo, es el evocador de este mito.
Al igual que en la India el imaginario griego veía a la madre nutricia, la leche de la madre Hera,
tras la luminosidad de nuestra galaxia.

Yasoda amamantando a Krishna.

Madre nutricia es heredera de la abundante diosa del loto del Valle del Indo (mira el art. anterior);
sus pechos, como los de las Isis, Innana o Hera (Egipto, Mesopotamia o Grecia)
nos retrotraen hasta  la gruta de diosa paleolítica, a las venus de Lespugue, Laussel, Dolní Věstonice.
Madres de pechos abundantes, lluvia celestial,
epifanías de la diosa como "fuente del alimento".
Ofrenda de leche en el río Ganges, en la celebración del Kumbh Mela.

Sri
 "Señora de la humedad"
"Surgida del loto",
 "Poseedora de los excrementos"
es madre del barro y lo húmedo.
"Señora de las cosechas" es dulce como la miel,
y "Hecha de oro": imperecedera, valiosa y hermosa.
Campesinas sembrando arroz.

Lakshmi, en su forma actual, surge tarde en el imaginario hindú.
 Supone el resurgimiento de la matriarcal diosa del loto, pero su carácter ahora es otro.
Debe cubrir las necesidades espirituales de una sociedad urbana emergente y pronto pierde su carácter rural y comunitario,
para bendecir la actividad personal de señores, artesanos y, sobre todo, comerciantes.
"Artha", el éxito, la realización material, también guía la devoción a Lakshmi devi.


La hermosa diosa de la fortuna preside los enlaces nupciales.

Cuando la pareja de recién casados entra en casa, por primera vez, un recipiente con arroz espera junto a la puerta.
Disimuladamente la esposa lo empuja con el pie, con la intención de que el arroz entre en la vivienda.

Al igual que la lluvia de arroz en las bodas occidentales,
es un ritual que invoca la abundancia para la nueva pareja.

Es la amada esposa de Vishnu.

Aunque el vedanta supuso un resurgir de los ancestrales arquetipos matriarcales (Valle del Indo),
la estructura social indoeuropea perduró, grabada a fuego, en los usos sociales.
Sus cualidades son la estratificación social, plasmado en el sistema de castas,
y la postergación de la mujer, sometida al papel de esposa sierva.
En la imagen: La diosa Lakshmi en su condición de esposa sierva a los pies de Vishnu.

"La lavandera", un cuento popular.
Un peregrino mendicante llamo a la puerta de una humilde lavandera solicitando albergue para pasar la noche
Ella le invitó a pasar y le dio cena y lecho.
El mendigo descanso bien y en el almuerzo, a la mañana siguiente, dijo a la mujer:
"He llamado a muchas puertas y solo la tuya se abrió. Me gustaría compensarte"

"En realidad no soy un mendigo, sino tu Maharaja.
En agradecimiento a tu hospitalidad me gustaría regalarte con un don.
Pide lo que desees y lo concederé."

La lavandera pensó en su situación, recordó a sus vecinos y pidió:

"Mi señor, por favor, permite que solo en mi hogar se puedan encender lamparillas de la fiesta de Diwali."
Y, el Maharaja, se lo concedió.
Así qué en "Diwali", la noche en que la Diosa de la fortuna baja a visitarnos,
y el pueblo la recibe engalanando e iluminando sus casas, solo la casa de la lavandera estaba iluminada.

Bajó Lakshmi a la tierra. Estaba perpleja ante la oscuridad de los hogares del pueblo.
 Y entró, únicamente, en la casa iluminada, la casa de la lavandera.

Y la diosa concedió, a la lavandera, fortuna y riquezas durante más de siete generaciones.

La montura de los señores es el elefante.
La montura de Kúbera, el dios de las riquezas, es el hombre.

"Soy el primogénito de la divina esencia.
Antes de que nacieran los dioses yo existía.
Soy el ombligo (El centro y la fuente) de la inmortalidad.
Quién me da a los demás, al darme me conserva para sí.
Soy el Alimento. Me nutro de alimento y del que lo alimenta.

Este alimento se almacena en el más alto de los mundos superiores.
Todos los dioses y los antepasados difuntos son los guardianes de este alimento.
Todo lo que se come, se vierte o se esparce como ofrenda no es, en conjunto, 
             más que la centésima parte de la totalidad de mi cuerpo.

Los dos grandes vasos, el Cielo y la Tierra, han sido colmados
Por la vaca manchada, con leche de un solo ordeño.
La gente piadosa, cuando la bebe, no la disminuye.
No se acrecienta ni merma.

El Alimento es el aliento exhalado; el Alimento es el aliento exhalado de vida.
Alimento, llaman a la muerte; el mismo Alimento, llaman a la vida.
Alimento, los brahmanes llaman al envejecer (decaer);
Alimento, llaman también al engendrar progenie.

El insensato obtiene alimento inútil.
Declaro la verdad: será su muerte.
Porque no alimenta ni a amigo ni a compañero.
Quedándose con su alimento para él solo, se hace culpable al comerlo.

Yo, el Alimento, soy la nube, que truena y que llueve.
Ellos (los seres) se alimentan de mí. Yo me alimento de todo.
Yo soy la esencia real del universo, inmortal.
Por mi fuerza todos los soles del cielo están encendidos."
                                                                                     Taittiriya Brahmana,2.8.8.


Durante el Diwali, celebrado una vez al año, la gente estrena ropa nueva,
 comparte dulces y hacen explotar petardos y fuegos artificiales.
Es la entrada del año nuevo hindú, y una de las noches más significativas y alegres del año.


Se celebra durante cinco días.
El primero, dedicado a realizar ritos petitorios, para la fortuna y el éxito.


 Se celebra en la luna nueva del mes de Kartika,
coincidiendo con la cosecha del grano, del arroz.
En nuestro calendario entre la segunda quincena de octubre y la primera de noviembre.


Aunque arropados por mitos muy diversos
 tanto el hinduismo, como el sijismo y el jainismo celebran Diwali.
Son días para compartir.

Precioso articulo sobre el festival de las luces:
http://entretejiendoinstantes.blogspot.com.es/2012/11/diwali-o-festival-de-las-luces.html



No hay comentarios:

Publicar un comentario